El Gobierno de Javier Milei eliminó esta semana una serie de fondos fiduciarios, entre ellos el Fondo Fiduciario para la Vivienda Social, creado por la Ley 27.341 con el objetivo de financiar programas de vivienda social e infraestructura básica. Este fondo, que contemplaba aportes públicos, privados y de organismos internacionales, ha sido objeto de una auditoría de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), dirigida por Miguel Blanco. El informe reveló graves irregularidades en su administración y ejecución, como el gasto de $468 millones en obras que nunca comenzaron, la falta de estados contables y la existencia de proyectos rescindidos sin devolución de fondos.
Uno de los casos más emblemáticos detallados en el informe es la construcción de 172 viviendas en el Barrio Doctor Montaña, en Corrientes, que nunca comenzó. A pesar de que se firmó un convenio de rescisión por un total de $297.112.365, los fondos nunca fueron devueltos. Este es solo un ejemplo de los múltiples casos de obras no iniciadas que acumulan un total de $468.862.212 transferidos sin resultados.
El informe también destaca la falta de documentación clave para supervisar adecuadamente el uso de los recursos, y la ausencia de rendiciones de cuentas de varios entes responsables. El Instituto Provincial de Desarrollo Urbano de Chaco, por ejemplo, no presentó la rendición de $4.998.880, y la Unidad Ejecutora Provincial de Misiones no rindió $19.015.889.
Además, la SIGEN detectó que el fondo fiduciario no presentó los estados contables de 2023, lo que impide validar un supuesto saldo positivo de $3117 millones. En contraste, en 2022, el fondo registró pérdidas de $52 mil millones por “exposición a la inflación”. A pesar de las irregularidades, la gestión de Milei nunca priorizó la finalización de proyectos de vivienda, encontrando una herencia de casi 100.000 viviendas sin terminar.
La situación habitacional heredada de la gestión de Alberto Fernández tampoco es menos preocupante. Datos oficiales revelan que quedaron sin finalizar 96.000 viviendas en programas como Procrear, Casa Propia y Reconstruir. Algunos proyectos, como el Procrear en Florencio Varela, apenas avanzaron al 36%, mientras que otros, como el complejo de viviendas en Berazategui, quedaron abandonados con miles de millones invertidos, lo que deja en duda su futuro.