Incorporado como parte esencial de la escenografía en la temporada pasada, el carnaval de Goya se presentó con un colorido y vibrante espectáculo, donde los espectadores llenaron las gradas con banderas, globos y cotillón, mostrando su pasión por las comparsas. Un elemento destacado fue la aparición de banderas y bengalas en los colores característicos de cada comparsa, un gesto que, inspirado por otras festividades, ha ganado fuerza en esta edición, marcando la esencia y el espíritu del carnaval.
El público, no solo disfrutó del desfile, sino también participó activamente, lanzando nieve artificial que se desparramaba en el aire, creando un efecto visual único. Incluso funcionarios en el palco oficial se unieron al entusiasmo, lo que refleja la importancia de la inclusión y la interacción del público en el evento.
Las comparsas, como Fénix, Tropical, Arami, Porambá, Ita Vera, y Aymara, se encargaron de poner el toque de brillo y ritmo con sus coloridos disfraces, coreografías bien ensayadas y músicas pegajosas. Cada una de estas comparsas, con su propuesta creativa, reivindicó el valor cultural del carnaval goyano, mientras que los trajes reciclables de Aymara, con su compromiso con el medio ambiente, fueron uno de los momentos más destacados.
La primera luna carnavalera consolidó el propósito de revitalizar los corsos de Goya, posicionando este evento como un atractivo turístico y cultural que sigue creciendo, con tres noches más de fiesta para el público y las comparsas en competencia.
