El Gobierno de la Nación ha anunciado el envío de 300 agentes de seguridad a la Triple Frontera para reforzar los controles en la región y combatir el narcotráfico. El Ejecutivo sostiene que la zona, que limita con Paraguay y Brasil, presenta muchas filtraciones y es clave para garantizar la seguridad nacional. La Casa Rosada comenzó el despliegue de fuerzas, y recientemente, un enfrentamiento con una organización vinculada al narcotráfico resultó en un suboficial herido.
El nuevo operativo de seguridad se enfocará en las ciudades de Bernardo de Irigoyen y Puerto Iguazú, en la provincia de Misiones, e incluirá el aumento de efectivos de Gendarmería, Prefectura, Policía Federal y Policía de Seguridad Aeroportuaria. Además, se evalúa la posibilidad de sumar la cooperación de las Fuerzas Armadas, algo que el Ejecutivo considera muy probable, dado que los decretos recientes lo permiten.
Este esfuerzo se enmarca dentro de una estrategia más amplia para contrarrestar el poder del narcotráfico en la frontera, en especial después del robo de armas en un destacamento de la policía de Misiones y el asesinato de un oficial. También se trabaja en una reforma de seguridad nacional y una reforma migratoria para restringir la entrega de residencias a extranjeros y prevenir la entrada de criminales.
Por último, el Gobierno busca estrechar la cooperación con las agencias de seguridad e inteligencia de Brasil y Paraguay para fortalecer los controles y evitar filtraciones de bandas criminales.