El Gobierno de Argentina ha lanzado duras críticas contra la oposición en relación con la marcha LGBTQ+ celebrada este sábado. El Ejecutivo acusó al kirchnerismo, la UCR, la Coalición Cívica y el Frente de Izquierda (FIT) de intentar “sacar un rédito político” de la agenda del movimiento, además de señalar a sectores sindicalistas, como la Confederación General del Trabajo (CGT) y las dos CTA, por su participación en la protesta.
Con la mirada puesta en las próximas sesiones extraordinarias, el oficialismo buscará polarizar los debates sobre los derechos del movimiento LGBTQ+ para dividir a la oposición. Según fuentes de Nación, “el peronismo tiene una disputa interna entre el sector más conservador y el más progresista. Nos interesa que discutan esa agenda”. Esta estrategia apunta a profundizar las tensiones dentro de las filas opositoras.
La marcha LGBTQ+ fue un evento masivo que superó las expectativas del Gobierno, que estimaba la asistencia de 50.000 personas, mientras que los organizadores señalaron más de 150.000 manifestantes. La movilización cubrió la Avenida Rivadavia desde el Congreso hasta la Plaza de Mayo, lo que subraya la relevancia de este movimiento en la agenda nacional.
Mientras algunos sectores del oficialismo respaldan el discurso de Javier Milei, el presidente ha dejado claro que no se plantea derogar las leyes de matrimonio igualitario ni de interrupción voluntaria del embarazo. Sin embargo, la mesa técnica del Gobierno trabaja en un proyecto de “igualdad ante la ley” que busca eliminar normas consideradas discriminatorias para las minorías, incluyendo la disolución de los cupos laborales para personas trans y la derogación de la Ley de Paridad de Género.
A pesar de las críticas y propuestas legislativas, la Casa Rosada celebró la participación de figuras del PJ en la marcha, como Axel Kicillof y Máximo Kirchner, lo que facilita la estrategia de polarización entre el pasado y el presente político. El oficialismo busca reforzar su alineamiento internacional con políticas de derecha, como las impulsadas por Donald Trump, y consolidar dos bloques políticos antes de las elecciones legislativas.