A pesar del inicio oficial de la temporada de pesca de langostino en aguas nacionales, las empresas que se dedican a la captura y congelado de este marisco aseguran que los barcos permanecen amarrados en los puertos. La actividad, que es clave para la economía de las provincias costeras y una importante fuente de divisas, atraviesa una fuerte crisis debido a una serie de factores adversos.
Desde la industria, advierten que “se generó una tormenta perfecta sobre el sector”. Precios internacionales a la baja, costos internos elevados, impuestos altos y un convenio colectivo que no se ajusta a la situación actual del mercado, son algunos de los factores que han llevado a las empresas a tomar la difícil decisión de no iniciar la temporada para evitar operar a pérdida.
Este parón en la actividad no solo afecta a los tripulantes de los barcos, sino también a los trabajadores de plantas de procesamiento, logística y toda la cadena de valor pesquera. La pesca ha sido históricamente un pilar de la economía argentina, con más de 46.000 empleos directos y exportaciones que en 2024 superaron los US$1981 millones.
En particular, la flota tangonera congeladora, responsable de la captura de langostino, representa una de las principales fuentes de ingresos del sector, generando alrededor de US$600 millones en exportaciones anuales. Sin embargo, los altos costos operativos, agravados por un esquema tributario creciente y un convenio laboral desactualizado, llevaron al sector a un punto de quiebre.
La industria pesquera solicita una respuesta urgente del Gobierno, destacando la necesidad de actualizar el marco laboral y reducir la carga impositiva para garantizar la continuidad de la actividad. También hicieron un llamado al diálogo entre funcionarios, sindicatos y empresas para encontrar una solución que evite un impacto económico y social aún mayor. Sin mejoras en los mercados, el precio del langostino o un acuerdo con los gremios, la temporada podría quedar paralizada, lo que podría significar la pérdida de la mitad o más de la campaña que termina en septiembre.
Este panorama se refleja también en las cifras dispares del sector pesquero en 2025, donde aunque los desembarques crecieron un 0,8% interanual, las exportaciones cayeron un 15,8% en términos de divisas, reflejando una situación económica compleja para la pesca en Argentina.
