El Gobierno argentino realizó una operación clave la semana pasada al adquirir casi USD 1.500 millones del Banco Central, como parte de una estrategia orientada a evitar el crecimiento de la base monetaria amplia (BMA) por encima del límite autoimpuesto y a acumular dólares para afrontar los compromisos de deuda venideros. Esta compra se realizó el 18 de diciembre, cuando los depósitos del Tesoro en el Banco Central aumentaron en USD 1.492 millones. A su vez, los depósitos en pesos cayeron en $1,53 billones, alcanzando un nivel de $6,07 billones, el más bajo desde mayo.
La operación responde a una meta central del programa de estabilización impulsado por el Banco Central en julio, que buscaba limitar la BMA a $47,7 billones, lo que equivale al 9,1% del Producto Bruto Interno (PBI). Este objetivo tiene como fin evitar una expansión excesiva de la oferta monetaria. Además, la medida se enmarca en un contexto de tensiones internacionales y crecientes demandas de divisas en Argentina, donde el dólar blue subió de forma significativa, cerrando en $1.200.
Gracias a esta transacción, el Tesoro avanzó en el cumplimiento de las metas de acumulación de reservas pactadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI). A 20 de diciembre, las reservas netas internacionales alcanzaron USD 9.415 millones, quedando apenas USD 285 millones por debajo del objetivo de USD 9.700 millones para el cierre de 2024. Esto se complementa con las adquisiciones previas del Tesoro, que a fines de noviembre compró USD 2.700 millones para pagar bonos que vencen en enero.
Con el 2025 a la vista, los desafíos financieros son significativos, ya que los vencimientos de deuda totalizan USD 22.000 millones. El Tesoro ya ha comenzado a prepararse para afrontar estos pagos mediante nuevas operaciones de financiamiento, con un plan para obtener hasta USD 15.000 millones a través de préstamos internacionales y acuerdos bilaterales.