Luego de la última baja de tasas decidida por el Banco Central (BCRA), que redujo el rendimiento de los plazos fijos de 35% a 32%, las entidades financieras ajustaron también sus rendimientos. Desde este viernes, las tasas anuales para los depósitos en los bancos más importantes del país oscilan entre el 27% y el 31%, lo que implica rendimientos mensuales de entre el 2,25% y el 2,5%. Esta medida llegó poco después de la publicación del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) de noviembre, que mostró una desaceleración en las expectativas de inflación. Sin embargo, las proyecciones de precios para diciembre y enero superan las tasas ofrecidas por los bancos, con una estimación de 2,9% y 2,7%, respectivamente.
Esto implica que, a pesar de las afirmaciones del ministro de Economía, Luis Caputo, de que se acababa la etapa de tasas reales negativas, los ahorristas aún no están obteniendo rendimientos suficientes para cubrir la inflación. La consultora LCG destacó que el recorte de tasas parece reflejar una estrategia del gobierno para mantener las tasas en niveles neutrales, sin permitir que se generen rendimientos positivos reales.
Mientras tanto, los fondos comunes de inversión que utilizan los ahorristas a través de billeteras virtuales aún pueden obtener rendimientos superiores al 30% anual. Esto se debe a que algunos fondos colocaron pesos en plazos fijos antes de la baja de tasas y todavía se benefician de esos rendimientos más altos. Sin embargo, alcanzar una tasa de 35% anual, necesaria para superar la inflación proyectada, sigue siendo complicado de conseguir.
El BCRA, por su parte, continúa percibiendo una tasa superior a la inflación cuando le presta pesos a los bancos, con una tasa activa de 36% anual. Este enfoque sugiere que las autoridades monetarias buscan que la inflación se mantenga dentro de un rango cercano al 2,8% o 2,9%, según las expectativas del mercado.