El riesgo país de Argentina ha experimentado un notable aumento, sumando 128 unidades en la última semana y cerrando el viernes en 925 puntos, aunque alcanzó valores aún más altos durante la jornada. Este incremento coloca al país en una situación crítica, con un riesgo país más del doble que el promedio regional, que se sitúa en 440 puntos, y triplicando el promedio global de 315 puntos.
Esta mala performance contrasta con la baja que había experimentado el índice a principios de 2024, cuando incluso había perforado los 600 puntos. Sin embargo, la reciente suba se debe principalmente a la caída en el precio de los bonos de deuda argentinos, lo que ha resultado en un aumento en las tasas. Este contexto aleja la posibilidad de que Argentina pueda refinanciar sus vencimientos de deuda en los mercados internacionales.
Los bonos argentinos han sido afectados por un contexto global complicado, pero también han mostrado un rendimiento inferior en comparación con otros países, lo que refleja el escepticismo de los inversores respecto a los beneficios del acuerdo con el FMI. En términos de rentabilidad, la deuda argentina paga 12,7% anual en bonos a 10 años, muy por encima de sus países vecinos como Brasil (6,5%) o Colombia (6,1%).
Además, el principal impulsor del incremento del riesgo país ha sido un factor externo: la reciente política de aranceles de Estados Unidos y el temor global a una posible recesión. Estos factores globales han llevado a un desarme de carteras de inversión más riesgosas, afectando especialmente a los países emergentes, y a un castigo aún mayor para los bonos argentinos.
En este escenario, el Gobierno argentino confía en que el acuerdo con el FMI, junto con la disciplina fiscal, pueda reducir la incertidumbre y contribuir a la disminución del riesgo país. Sin embargo, el contexto internacional actual sigue siendo un desafío, ya que los inversores continúan moviendo sus capitales hacia activos de menor riesgo.