El Gobierno tiene previsto aplicar un nuevo esquema de tarifas para luz y gas desde mayo. Después de varios meses de autorizar aumentos transitorios, el plan oficial es que los incrementos establecidos hasta 2030, surgidos de las audiencias públicas realizadas durante el verano, comiencen a regir el próximo mes. Este proceso es parte de la Revisión Tarifaria Quinquenal (RTQ), que ya está muy avanzado.
En cuanto a la electricidad, el ENRE cumplió recientemente con un requisito fundamental para habilitar las nuevas tarifas, y se definieron las inversiones comprometidas por las distribuidoras que operan en el AMBA, como Edenor y Edesur, así como las multas que pueden aplicarse por incumplimientos. Por su parte, el Enargas prorrogó formalmente los plazos para terminar de analizar las propuestas tarifarias e inversiones del sector del gas.
Las nuevas tarifas tanto para luz como para gas se publicarán a principios de mayo. El objetivo del cambio es dejar atrás los aumentos transitorios autorizados por el Ministerio de Economía, que buscaban “anclar” las expectativas inflacionarias. Aunque el cambio estaba previsto para marzo en gas y abril en electricidad, los ajustes fueron demorados debido a la volatilidad cambiaria y su impacto en la inflación.
Los usuarios pagarán por sus consumos tres componentes: el valor mayorista, el transporte y la distribución. Las subas estarán por encima de la inflación proyectada y se aplicarán en dos o tres tramos, con un mecanismo de actualización mensual por inflación y salarios.
