China dio una señal que podría marcar un giro importante en la escalada comercial con Estados Unidos. El Ministerio de Comercio de China confirmó este viernes que está considerando entablar conversaciones bilaterales tras recibir varios mensajes de Washington mostrando interés en reanudar el diálogo. Este gesto se interpreta como una posible punto de inflexión después del aumento arancelario más severo en más de un siglo, impuesto por Donald Trump el mes pasado. En respuesta, Pekín había adoptado medidas represivas, lo que profundizó aún más el cortocircuito entre las dos mayores economías del mundo.
China subrayó que cualquier posible conversación estará condicionada a que Estados Unidos corrija sus erróneas medidas arancelarias unilaterales. El gobierno chino enfatizó: “Si luchamos, lucharemos hasta el final; si hablamos, la puerta está abierta”. Pekín exige sinceridad en las negociaciones, advirtiendo que si Washington no elimina las medidas que considera erróneas, dañará la confianza mutua.
La presión económica está empujando a ambas naciones hacia la mesa de negociación. En Estados Unidos, una contracción económica a principios de año se debió en gran parte a la anticipación de importaciones para evitar el impacto de los aranceles, afectando la confianza del consumidor. En China, el índice oficial de gerentes de compras mostró la mayor contracción manufacturera desde diciembre de 2023, con los pedidos de exportación cayendo a su nivel más bajo en más de dos años.
Sin embargo, persisten obstáculos diplomáticos. Pekín espera que Washington designe un negociador con aval directo del presidente Donald Trump, que pueda asegurar avances concretos. Al mismo tiempo, el rediseño del gabinete de Trump complica la dinámica bilateral, pues el secretario de Estado Marco Rubio asume un rol clave en asuntos sensibles para China, como Taiwán o el Mar de China Meridional.
A pesar de los obstáculos, tanto China como Estados Unidos parecen dispuestos a reducir las tensiones y avanzar hacia un acuerdo.
