El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, logró evitar su destitución este sábado, cuando la moción presentada por la oposición en la Asamblea Nacional no fue aprobada. La moción buscaba inhabilitar a Yoon debido a la controversia generada por su decreto de Ley Marcial el pasado 3 de diciembre, que desató una ola de protestas sociales y políticas. Sin embargo, la votación, que requería al menos 200 votos a favor, no alcanzó el quórum necesario, con solo 195 votos emitidos. De estos, solo tres parlamentarios del partido gobernante, el Partido del Poder Popular (PPP), se unieron a los 192 diputados de la oposición, lo que impidió que la moción tuviera éxito.
Este fracaso se produjo después de que, en una votación anterior, la oposición no lograra obtener los dos tercios necesarios para iniciar una investigación sobre la primera dama, Kim Keon-hee, por corrupción. El ambiente tenso en el Congreso se intensificó con los intercambios entre el Partido Democrático (PD) y el PPP, mientras que el presidente del Congreso hizo llamados a los parlamentarios del partido oficialista a cumplir con su deber.
A pesar del revés político, Yoon sigue en el poder, aunque su futuro está cada vez más incierto. La investigación sobre su manejo de la Ley Marcial y otros cargos de abuso de poder continúa, mientras que dentro de su propio partido se discuten medidas para acortar su mandato y evitar el desgaste político. Además, miles de ciudadanos se manifestaron frente a la Asamblea exigiendo su dimisión. La oposición, aunque derrotada por ahora, asegura que continuará luchando hasta lograr la destitución del presidente.
