A pocos días de su elección, el papa León XIV comenzó a mostrar los primeros rasgos de su pensamiento, marcando diferencias con su antecesor, el papa Francisco, especialmente en temas relacionados con la diversidad sexual. En uno de sus primeros discursos públicos, dirigido al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, dejó clara su posición al afirmar que “la familia es la unión estable entre un hombre y una mujer”.
Este mensaje, pronunciado ante representantes de más de 180 países, fue interpretado como una señal contundente. El papa León XIV eligió incluir esta definición en un ámbito diplomático y no pastoral, lo que muchos analistas ven como una advertencia de que no habrá ambigüedades en temas doctrinales.
Según el periodista Sergio Rubin, aunque esta visión no difiere de la doctrina oficial del Vaticano, contrasta con el enfoque más pastoral y abierto de Francisco hacia la comunidad LGBTIQ+, quien había apoyado el reconocimiento civil de uniones entre personas del mismo sexo.
Además, el pontífice expresó críticas a la política migratoria de Estados Unidos, afirmando que va “en la dirección equivocada”, en línea con la postura que el Vaticano sostuvo frente al gobierno de Donald Trump.
En paralelo, el papa León XIV demostró una clara vocación diplomática, ofreciendo al Vaticano como sede para negociaciones de paz, especialmente en el conflicto entre Rusia y Ucrania, retomando así el rol de mediador global que caracterizó a su antecesor, pero con un tono más firme.
