La última despedida al papa Francisco comenzó este miércoles en la basílica de San Pedro, en un ambiente solemne y bajo un estricto protocolo de seguridad. Sin embargo, en medio de la ceremonia, una figura rompió el protocolo y conmovió a todos: Geneviève Jeanningros, una monja amiga del papa Francisco. De 81 años, Jeanningros se ubicó junto al féretro y, en un gesto espontáneo, rompió en llanto para rendir su último adiós al santo padre.
El cuerpo del papa Francisco estaba rodeado de medidas de seguridad, y solo se podía observar a varios metros de distancia. Mientras los obispos y cardenales pasaban por la fila, Geneviève Jeanningros, con su baja estatura, decidió quedarse al costado del féretro. Allí, completamente inmóvil y en silencio, lloró durante varios minutos, secándose las lágrimas con un pañuelo. Este acto de despedida personal llamó la atención del mundo entero.
Geneviève era amiga cercana de Francisco y una figura clave en su acercamiento a los feriantes y mujeres trans de Roma. Desde hace 56 años, dedicaba su vida a ayudarlas. Además, formaba parte de las Hermanitas de Jesús y era sobrina de Léonie Duquet, una de las monjas francesas secuestradas en Argentina durante la última dictadura.
Durante su vida, Francisco solía llamarla la “enfant terrible”, y ella fue quien acercó a mujeres trans y feriantes a los encuentros del Papa, incluso durante la pandemia de Covid-19, cuando gestionó ayudas para los más necesitados.
En su última despedida al papa, nadie le impidió permanecer en su lugar, un acto que reflejó su relación especial con el pontífice. La imagen de Geneviève Jeanningros llorando junto al féretro se ha convertido en uno de los momentos más conmovedores de la jornada.
