Calvin Lo, un hombre de origen canadiense con raíces asiáticas, se convirtió en el protagonista de una de las historias de engaño más sorprendentes en el mundo de los negocios. A lo largo de los años, Lo se vendió como un magnate millonario con la meta de ingresar al exclusivo listado de la revista Forbes de los grandes millonarios de Asia. Para ello, fabricó una imagen de riqueza ostentosa, afirmando ser dueño de una flota de supercoches exóticos, propiedades multimillonarias, incluso vinculado a la Fórmula 1, y un sinfín de otros logros impresionantes. Sin embargo, la realidad de su fortuna era completamente diferente.
El error que lo dejó en evidencia fue su intento de hacer publicidad de su “riqueza” mediante tácticas fraudulentas, citando falsamente a Forbes y otros medios internacionales como pruebas de su estatus. En su afán por crear una imagen de filántropo multimillonario, Lo incurrió en múltiples mentiras, que finalmente fueron desmentidas por la misma revista a la que tanto aspiraba pertenecer.
Lo resultó ser mucho menos millonario de lo que decía, con una fortuna real que apenas superaba los tres millones de dólares, una cifra que ni siquiera le habría permitido tener su tan promocionado Pagani Huayra BC. La investigación de Forbes descubrió que muchas de las imágenes y historias de Lo estaban manipuladas, dejando claro que la base de su riqueza era más una invención que una realidad.
