Un fuerte terremoto de intensidad 7,7 sacudió este viernes varios países del Sudeste Asiático, dejando una gran tragedia a su paso. El epicentro se localizó en Birmania, donde el sismo dejó más de 200 muertos y 700 heridos. El temblor afectó también a Tailandia y al suroeste de China. En Bangkok, un edificio de 30 pisos en construcción colapsó, atrapando a decenas de obreros entre los escombros. Los medios locales informaron que al menos tres personas perdieron la vida en ese siniestro.
El sismo generó una ola de destrucción en toda la región. Tailandia declaró el estado de emergencia, mientras que Birmania solicitó ayuda internacional. El impacto fue tal que numerosos edificios y puentes fueron dañados, y carreteras quedaron llenas de grietas. Los testigos relataron escenas de caos, con personas corriendo en busca de refugio, saliendo de edificios y hoteles en bata.
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el terremoto ocurrió a las 12:50 hora local, con el epicentro ubicado a 16 kilómetros de la ciudad de Sagaing, en Birmania, a una profundidad de 10 km. En la capital birmana, Naypyidaw, uno de los hospitales más grandes colapsó, y los médicos tuvieron que atender a los heridos en las calles.
La tragedia dejó al menos tres muertos en Tailandia, donde el viceprimer ministro, Phumtham Wechayachai, reportó que 43 obreros quedaron atrapados en los escombros del edificio en construcción. Las autoridades tailandesas informaron que 90 personas siguen desaparecidas, y los esfuerzos de rescate continúan para hallar a las víctimas y evacuar a los ciudadanos de edificios inseguros. Las imágenes de pánico, capturadas por numerosos videos, mostraron a personas huyendo de los edificios en Yangón y Bangkok, lo que evidencia la magnitud de este desastre.