El presidente Javier Milei se encuentra con un creciente desafío económico y político. Tras regresar de un vuelo desde Estados Unidos, donde la esperada reunión con Donald Trump fue un fracaso, se sentó a revisar las últimas encuestas. A pesar de que su aprobación se mantiene en cifras relativamente altas para un presidente, con un 51% según Aresco, la tendencia a la baja preocupa al mandatario. En su base de apoyo, el 50% de los aprobantes muestran signos de desconfianza, principalmente debido a su percepción sobre el cambio cultural y la incertidumbre económica.
El principal reto de Milei es garantizar la estabilidad financiera. Los recientes anuncios, como el nuevo programa cambiario, buscan calmar a los mercados. Sin embargo, el Gobierno aún enfrenta una batalla complicada, marcada por la inestabilidad financiera global y las tensiones políticas internas.
En este contexto, el presidente comenzó a organizar una serie de anuncios para recuperar la iniciativa política. Los recientes acuerdos con China y el FMI son pasos cruciales en este plan, al igual que la reforma migratoria, que podría ser anunciada por decreto después de Pascua.
A nivel legislativo, la “Ficha Limpia” es un tema clave, con el Gobierno buscando su aprobación para inhabilitar a Cristina Kirchner de postularse, mientras mantiene conversaciones estratégicas con varios bloques políticos. La tensión interna también afecta las relaciones con el PRO, mientras que los rumores sobre un acuerdo con los libertarios y el futuro del radicalismo complican aún más la escena.
En resumen, Milei se enfrenta a un escenario político y económico altamente volátil, con decisiones cruciales que podrían definir su futuro en el poder.