El gobierno argentino aprovechó la visita del secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., para confirmar su salida de la Organización Mundial de la Salud (OMS). “Es un hecho, ya salimos tras el pedido del presidente Javier Milei”, afirmó el canciller Gerardo Werthein en conferencia de prensa junto al funcionario norteamericano.
Con esta decisión, Argentina se convierte en el primer país en seguir los pasos de Donald Trump, quien también impulsó la ruptura con la OMS en su anterior mandato. “Han sido años de pertenecer a una organización que priorizó lo político por sobre el interés de la gente”, sostuvo Werthein, marcando el tono de la nueva política sanitaria exterior.
Durante su visita de dos días, Kennedy propuso a Milei crear una institución global paralela a la OMS, orientada a “brindar consejos a la población y no someterla al control político”. Esta alternativa se apoyaría en estructuras existentes como la Agenda de Seguridad Sanitaria Global (GHSA), de la cual paradójicamente forma parte la OMS.
Kennedy señaló que Milei está dispuesto a comenzar con pocos países, y que con “la ayuda de las fuerzas del cielo” podría surgir un nuevo organismo que respete la soberanía, la integridad científica y la dignidad humana. Además, ambos países anunciaron el corte inmediato de financiamiento a la OMS y convocaron a otras naciones a sumarse a esta nueva iniciativa sanitaria.
La reunión también abordó la posibilidad de ampliar la producción de medicamentos genéricos en Argentina, como alternativa al dominio chino en este mercado, y aunque Kennedy evitó confirmarlo, se especula que la agenda incluyó el debate sobre las patentes farmacéuticas y la necesidad de ajustar los estándares de propiedad intelectual en el país.
