Este martes por la tarde, Eduardo Serenellini, secretario de Comunicación y Prensa, presentó su renuncia al cargo. El Gobierno analiza la posibilidad de cerrar este área y transferir sus funciones a la subsecretaría de Prensa, presidida por Javier Lanari, quien dependería directamente del vocero presidencial, Manuel Adorni. Según fuentes oficiales, “la eliminación es una posibilidad fuerte” en el Ejecutivo.
La renuncia de Serenellini, entregada esta mañana al presidente Javier Milei en la quinta presidencial de Olivos, ocurre en el marco de un proceso de reestructuración dentro del gobierno. Durante su gestión, Serenellini mantuvo tensas relaciones con Karina Milei, la secretaria general de la Presidencia, y su entorno cercano. Las diferencias comenzaron a manifestarse a principios de 2024, cuando el secretario realizó varios viajes al interior del país para reunirse con funcionarios locales y visitar medios provinciales, sin la aprobación de Karina. Los gastos de estos viajes oscilaron entre $26.395 y $128.912.
A lo largo de su tiempo en el gobierno, Serenellini fue gradualmente desplazado del círculo cercano a los Milei, siendo excluido de reuniones importantes y relegado a posiciones periféricas en actos ceremoniales. Su salida se enmarca dentro de una serie de ajustes previos a las elecciones de 2025. La semana pasada, Rodolfo Barra también fue reemplazado como Procurador General del Tesoro por Santiago Castro Videla, tras acusaciones de ausentismo.
Desde la Casa Rosada se asegura que estos cambios responden a la necesidad de fortalecer el equipo con funcionarios más activos, con capacidad de trabajo intensivo. En este contexto, se especula con la posible incorporación del exjuez Ricardo Rojas al gobierno, después de haber rechazado la titularidad de la Procuración. Según fuentes cercanas a Nación, Milei valora mucho a Rojas y está dispuesto a integrarlo de cualquier manera al Ejecutivo.