El Gobierno de Javier Milei ha decidido frenar una de las estrategias clave de la fase 2 de su plan económico, relacionada con la restricción de la emisión monetaria. Esta decisión surgió después de que el presidente explicara que, en caso de volcar los dólares adquiridos al “contado con liquidación” (CCL), la cotización del dólar podría haber caído hasta los $700, lo que habría provocado un fuerte impacto en la economía real y en muchas empresas. En una entrevista con Alejandro Fantino, Milei explicó que la intervención del Banco Central de la República Argentina (BCRA) en el mercado cambiario había logrado controlar la caída del tipo de cambio, evitando una devaluación abrupta que podría haber generado una crisis.
La estrategia económica se implementó a mitad de año, en un contexto de alta volatilidad cambiaria. El plan consistía en esterilizar la emisión monetaria generada por la compra de dólares en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), utilizando esos dólares para intervenir en el mercado CCL y evitar que la brecha cambiaria se ampliara aún más. Aunque la medida inicialmente causó incertidumbre en los mercados, el BCRA logró reducir el valor del dólar paralelo, que en su momento llegó a superar los $1.500, a menos de $1.100.
Milei justificó que la emisión cero, combinada con las compras de dólares por parte del Tesoro, permitió aliviar el mercado cambiario sin provocar una devaluación brusca. La estrategia también implicó un monitoreo constante de la brecha cambiaria, con la intervención del BCRA cuando esta se ampliaba más de lo esperado. Según estimaciones del economista Fernando Marull, el Gobierno aún mantiene un margen de intervención de alrededor de USD 3.900 millones por medio de la venta de dólares en el CCL.
El presidente también detalló que, de haber seguido adelante con la venta masiva de dólares, muchas empresas se habrían visto forzadas a cerrar debido a la rapidez del ajuste en la economía real, mucho más lenta que el sector financiero. Esto refleja la intención del Gobierno de manejar la crisis cambiaria de manera gradual, buscando un equilibrio entre la estabilidad económica y la protección de la producción nacional. Sin embargo, la situación continúa siendo dinámica, y el margen de maniobra de la Administración de Milei es cada vez más ajustado.