A días de cumplirse dos meses de la muerte del cantante británico Liam Payne, la jueza Laura Bruniard solicitó que el empresario Rogelio Nores, el camarero Braian Paiz y el empleado del hotel Ezequiel Pereyra sean citados a indagatoria. A Nores, amigo y mánager del músico, se le imputa el delito de abandono de persona seguido de muerte y facilitación de estupefacientes, una acusación que también recae sobre Paiz y Pereyra. Además, se reveló que la psiquiatra de Payne le envió un mail a Nores, advirtiéndole sobre los riesgos de mezclar alcohol y antidepresivos, lo que demostraría que los implicados conocían el estado de salud del cantante y los peligros de suministrarle drogas.
La jueza también imputó a Esteban Reynaldo Grassi, jefe de seguridad del hotel, y a Gilda Martín, gerente de CasaSur, el lugar donde Payne falleció. Aunque los cargos no se han detallado, la llamada al 911 realizada por un empleado del hotel poco antes de la muerte de Payne sería clave para la investigación.
La causa por la muerte de Liam Payne ha dado un giro importante, ya que el 4 de diciembre la Cámara Nacional de Apelaciones resolvió que la causa siga en el fuero nacional. La investigación se centra en la responsabilidad de los empleados del hotel en las últimas horas del artista, quienes presenciaron su deterioro. Según la hipótesis del fiscal, el estado de Payne, visiblemente borracho y bajo los efectos de drogas, dificultó su capacidad de reaccionar ante una caída fatal.