l Pain, institución emblema del Plan de Asistencia Integral al Niño (Pain) en Corrientes, celebró con orgullo sus 56 años de vida, historia, trabajo solidario y profundo compromiso social. Nacida con el sueño de brindar oportunidades a quienes menos tienen, esta institución de gestión estatal-privada no es solo una escuela, sino un verdadero faro de esperanza y formación integral.
La rectora Miriam Valenzuela recordó con emoción los orígenes de esta obra iniciada por Cristina Romero de Gaúna, quien fue la figura visionaria y fundadora del Pain. En sus primeras etapas, el Pain comenzó como un centro de orientación familiar, ofreciendo meriendas y apoyo escolar a niños. Ya en los años 70, se transformó en una escuela de formación profesional, con talleres en oficios que hoy siguen proporcionando una salida laboral rápida a los estudiantes.
El Pain es mucho más que una escuela; es una comunidad que brinda más de 150 raciones de comida diaria y forma en valores y conocimientos. Valenzuela destaca: “Queremos que el niño no solo reciba un plato de comida, sino también herramientas para cambiar su vida”. Además, resalta una importante anécdota: Juan Romero, fundador de El Litoral, donó las primeras máquinas de escribir para el taller de dactilografía, lo que permitió a cientos de estudiantes adquirir habilidades fundamentales para el mundo laboral.
Hoy, a pesar de la partida de Cristina Romero de Gaúna hace nueve años, su legado sigue vivo en cada aula, taller y comedor. La comisión directiva actual continúa con su trabajo, adaptando la institución a los tiempos y necesidades, pero siempre manteniendo el carisma y los valores que marcaron el camino de esta obra. En el Pain, cada egresado se convierte en parte de una familia que abraza nuevas oportunidades.