Juan Gutiérrez, nacido en Corrientes en 1953, es un artista que desafió las normas sociales y encontró su identidad a través de su arte. Desde joven, su pasión por dibujar y su obsesión con el sexo y los cuerpos marcaron su camino artístico. A pesar de crecer en un ambiente conservador, en su adolescencia se atrevió a explorar temas que su comunidad rechazaba. Con miedo a las consecuencias, muchos de sus dibujos eróticos fueron quemados por él, pero estos primeros trabajos representaron la base de su expresión futura.
A lo largo de su vida, Gutiérrez se aventuró a vivir en Río de Janeiro, San Francisco y Buenos Aires, donde experimentó con diversas disciplinas y formas de arte. En el contexto de la crisis del sida, trabajó como voluntario en hospitales de San Francisco, un momento clave que influyó en su obra. Su arte se convirtió en un vehículo para explorar el dolor, la muerte y la sexualidad, especialmente en sus contribuciones al Movimiento de Arte Pornô de Río de Janeiro.
Hoy, el artista presenta su primera exposición individual en Buenos Aires: “Ese chico otra vez. Juan Gutiérrez del 80 al 2000”, en la galería Hipopoety. Esta muestra, curada por Agustina Wetzel, Manuela Vecino y Fede Fischer, es una reflexión sobre su recorrido artístico y personal. En su conversación con el medio Soy, Gutiérrez habla sobre cómo el arte ha sido siempre su forma de expresión visceral, un refugio donde encuentra equilibrio y sanación. Esta exposición representa una reivindicación del arte en Corrientes, un testimonio de su legado como uno de los pocos artistas que ha puesto la sexualidad y los cuerpos en el centro de su obra.
